miércoles, 6 de abril de 2011

A Different Love (José A. Basulto)

A Different Love es una pequeña historia que comencé a publicar el día de ayer del aburrimiento, pues como no tengo nada más que hacer, osea que me he quedado sin vídeos que subtitular, comencé a escribir una historia, hasta el capítulo uno no sabía de qué se trataría, el capítulo dos decidiría entre los posibles géneros: "Romance"; "ficción"; "magia"; "suspenso". Personalmente quería hacer una historia de suspenso pero creo que eso es mucho para mí, se necesita cabeza para hacer eso y yo no tengo tanto cerebro (risa), Así que opté por "romance" aunque no estoy muy seguro pues puede ir cambiando mediante valla escribiendo, bueno quién sabe. En fin, acá está el capítulo 2 que acabo de terminar de escribirlo, lamento poner este tipo de cosas en una página de subtítulos para vídeos musicales pero no tengo nada más que hacer, de todas formas al lado derecho de la pantalla puedes ver los links a seguir por si quieres ver vídeos subidos anteriormente. 

Bueno sin más qué decir acá va mi historia:

Capítulo 2: ¿Quieres ser mi amigo?

                Diez y media de la mañana, sonó la campana para recreo, y así comenzaba el acercamiento al chico misterioso, Farías se proponía ganar la amistad del nuevo estudiante, aunque claro está esto no sería muy fácil…

— ¡Hola!, soy Farías, gusto de conocerte —Dijo Farías al chico, que estaba sentado mirando por la ventana hacia el patio, pero éste reaccionó con indiferencia, hizo caso omiso a la presentación de Farías, se levantó y salió del salón de clases.

                “Qué mal educado”, pensó en voz alta Farías, suponía que esto no sería fácil debido a su aura intimidante pero no pensó que el chico ni siquiera respondería a una presentación común y corriente, cuando el muchacho salió del salón de clases Farías le siguió, ni siquiera él sabía por qué quería ser su amigo, tal vez era sólo curiosidad, quería saber el por qué de su apariencia aparentemente ruda, y de paso malvadamente arruinar la serenidad que tenía el chico, al parecer Farías no tenía nada mejor qué hacer, pero recuerden que si juegas con fuego te puedes quemar.

— ¡Oye, oye! Espera un segundo.
— ¿Qué es lo que quieres? —Preguntó el chico con un tono de voz y una mirada un tanto molesta.
— ¿No te enseñaron modales acaso?, recién me presenté no tienes por qué ser tan descortés, así que intentémoslo de nuevo, soy Farías, encantando de conocerte.
— Sí, ya lo sé, ya me lo dijiste ¿Qué es lo que quieres de mí? —Respondió  brutalmente.
— No tienes por qué ser tan agresivo, cuando menos dime tu nombre ¿no?
— Lautaro. —Respondió de forma fría y luego siguió caminando.

                “Lautaro”, repitió en voz alta Farías, tenía la costumbre de repetir las cosas en voz alta para no olvidarla, cuando miró hacia el frente Antonio ya no estaba, se había escapado, —¡Maldición!— dijo mientras se proponía a buscarlo. Cuando finalmente lo encontró estaba sentado en el segundo piso, allí tirado en el suelo fuera del salón de clases.

— ¿Qué haces? No es correcto dejar hablando sola a las personas ¿sabes? —Dijo Farías, reprendiendo amigablemente a Lautaro.
— ¿Ahora qué es lo que quieres? Ya sabes mi nombre, vete y déjame en paz, comienzas a parecerme fastidioso —Respondió Antonio dirigiéndole una mirada agresiva.
Sereno moreno —Dijo Farías con un tono juguetón y se sentó al lado de Lautaro, aunque claro, esto a Antonio esto no le estaba agradando.

                Molesto, Lautaro, decidió pararse y buscar otro lugar para descansar durante el recreo, pero Farías le siguió, era prácticamente un acoso. Al parecer nuestra pobre víctima en la historia será Lautaro con los acosos que le está haciendo Farías. “¡Riiinnn!” era la campana para reingresar a clases, como Farías y Antonio estaban fuera del salón fueron los primeros en entrar, Farías estaba sentado en los primeros puestos de la clase y Lautaro casi al fondo, detrás de él el banco estaba desocupado así que Farías agarró sus cosas y se “mudó” detrás de Lautaro. Por supuesto esto no le agradó nada a Lautaro y pensó en cambiarse de lugar, pero era demasiado tarde los demás alumnos ya entraban al salón y se habían sentado ya en sus respectivos puestos el otro puesto libre que quedaba lejos de Farías era el que pertenecía a éste, pero estaba de los primeros puestos y a Antonio siempre le gustó sentarse atrás, no le quedó otra que quedarse allí, se resignó molesto y miró por la ventana con un gesto de indiferencia hacia la situación.
— ¿Quieres ser mi amigo? —Preguntó Farías susurrando a Lautaro.
— Déjame en paz. —Contestó con frialdad.
— ¿Quieres ser mi amigo? —Volvió a preguntar insistentemente.
— Que me dejes en paz —Le volvió a contestar de forma más fría y ahora molesta.
— ¿Quieres ser mi amigo? —Insistió.
— No.
— ¿Por qué no?
— Porque no.
— Eso no es una respuesta, dame un motivo por el que no quieras ser mi amigo.
— Porque no quiero.
— ¿Por qué no quieres?
— No me agradas.
— ¿Por qué?
— ¡Déjame en paz idiota! ¡He dicho que no me agradas! —Gritó en medio del salón llamando la atención de todos. —Lo siento —Dijo avergonzado a la clase mientras los demás alumnos reían y la profesora les hacía callar.

                Más tarde al siguiente recreo la situación se repitió, y Farías comenzó a seguir al pobre Lautaro, esta situación se repitió recreo tras recreo, día tras días, semana tras semana y así durante casi un mes, Antonio ya se iba acostumbrando a la presencia de Farías quien ya había dejado de molestarle, ahora Farías solo le seguía y se sentaba junto a él a veces compartían el almuerzo pero no hablaban, solo estaban juntos, más bien era como si Farías fuera su sombra, estuviese ahí pero no hablara, para Lautaro la presencia de Farías se había convertido en algo ya natural.

—  ¿Por qué? —Preguntó repentinamente Lautaro.
— ¿Eh? ¿Qué cosa?
— ¿Por qué me sigues siempre?
— ¿Amigos? —Preguntó ruborizando.
— Sí, somos amigos ¿Verdad?, digo siempre estamos juntos, ¿No nos hace eso amigos?
— Creo… Pero, ¿Por qué alguien querría ser amigo de alguien como yo?
— ¿”Alguien como tú”? Qué dices, eres normal, además de ser callado y un poco frío creo que puedes ser muy cariñoso.
— ¿Sabes? Esas no son cosas que un chico debería decirle a otro —Le dijo con un tono de voz un tanto nervioso.
— Sí, seguramente, pero a mí que me va, además no es nada malo decir la verdad ¿Cierto?
—Supongo que tienes razón pero aún así…
— ¡No te preocupes!
— Bueno, de todas formas, ¿Qué es lo que te hizo querer ser mi amigo?
— Todo. —Respondió con simpleza.
— ¿”Todo”? —Preguntó ruborizado.
Síp, todo.
— ¿Desde cuándo has querido ser mi amigo?
— ¿Eh? ¿No es eso obvio? Desde el primer día, ¿Acaso no recuerdas como insistía los primeros días en que me hablaras y todo ese acoso?
— Cierto, hablando de ello, ¿Por qué dejaste de hablarme de un día para otro?
— Bueno pues eso, no fue tan así, la verdad es que iba pensando ya desde un tiempo en dejar de seguirte y rendirme, cada vez parecía que hacer una amistad contigo era imposible o por lo menos inalcanzable para mí, pero en vez de eso decidí mejor dejar de hablarte y esperar a que tú te sintieras cómodo para hacerlo, para así poder hablar como personas normales… Como ahora.
— Es cierto, de todas formas es más cómodo así, no tenía mucho sentido estar siempre tan callados.
— ¡¿Verdad que sí?! Pero yo estaba dispuesto a esperar todo el tiempo necesario para que quisieras hablar.
— ¿Por qué? No vale la pena esforzarse tanto solo para ser mi amigo.
— Pues, como puedes notarlo yo no tengo amigos, nunca los he tenido pues jamás me llamó la atención ninguno, todos son muy “niños” y cuando te vi a ti vi a alguien más adulto y quise juntarme contigo
— ¿”Niños”? —Preguntó irónicamente y rió— ¿Cómo dices eso? Tú eres igual o más niño que ellos.
— ¡No te burles! —Exclamó mientras veía reír a Lautaro, su expresión enfadada cambió a una mirada serena y compasiva, sus mejillas enrojecieron y sintió una cálida sensación de satisfacción.

Por qué mi corazón late tan rápido cuando estoy con él…” Pensó Farías.






El vídeo no tiene nada que ver con la historia pero me gusta esta canción (^.^) 

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